no eres símbolo
ni imagen
ni palabra
para explicar la tristeza,
no eres fruto de mi imaginación

eres uno de los muchos frutos podridos
que germinó una semilla enferma

existes
porque llore ría o grite
tú golpeas fuerte
con tu mano siempre
de hierro y sangre

existes
porque observo cómo barres
las estancias de mi cuerpo
y las dejas grises feas
y encharcadas
de babas de miel y azúcar

sé que existes porque dueles y comes

abandoné hace largo tiempo
la exhaustiva búsqueda
del castigo divino al que te debes
y dejé de implorar a un supuesto dios
el perdón de los pecados
de la sangre de mis predecesores

te acepto

te acepto como acepto a este lunar en mi mejilla derecha
te acepto como a mis angostas caderas
te acepto como a mis cortas pestañas
te acepto como acepto a esta voz y a esta mano que hablan

pero no te equivoques:
tu presencia me estorba tanto
que ya no podría soportar tu ausencia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario