la necedad de querer olvidar lo que se sabe de memoria

Esta noche es tuya y te rindo un homenaje:
suenan todas las canciones que alguna vez asistieron cómplices a nuestro baile de píxeles y máscaras.

El amor que desgarramos y el respeto que escupimos
hacen que desde hoy te guarde luto durante un tiempo indefinido.

Tal vez durante el luctuoso e indefinido tiempo que dure mi duelo
acoja en mis bocas a otras lenguas
y me cobije en otros brazos y busque desesperada sus abrazos
como el cachorro que, recién nacido, ciego y torpe, busca el pecho rebosante de la madre.

Mientras tanto,
me aferro más que nunca a todo lo que sobresale de este oscuro y frío pantano,
me aferro a las astas de tus armas,
me aferro a tus palabras,
me aferro a lo que adoraba e incluso me aferro a lo que odiaba
me aferro a cualquier recuerdo que me ayude a no hundirme en este oscuro y frío pantano de olvido.

Ocurrirá lo inevitable:
llegarán otras manos
otro ombligo borrará el mío
mi cintura otras caderas quebrarán;

pero hoy,
donde quiera que estés,
quiero decirte que te quiero.

1 comentario:

  1. Mensaje claro, palabras seguras. Me gusta como has expresado todo en el poema, pero el principio y el final son geniales especialmente. Un abrazo

    ResponderEliminar